Bendita Dualidadad

¿Dualidad? Sí, esa tan inherente a nuestra naturaleza humana.

Estados opuestos de la misma energía que no están en contradicción

sino que se complementan.

Luz, sobra. Día, noche.

Blanco, negro. Alto, bajo.

Un espectro completo de emociones y percepciones,

aparentemente asíncronas, habitando nuestra materia.

¿Incomodan? A veces.

¿Oponerse a ellas? No hay razón.

Seguro te has dado cuenta lo hermoso que es sentir la fragilidad,

para desear la fuerza. Sentir la tristeza, para validar la alegría.

Y sentir las lágrimas, para extender las risas.

Bendita, bendita nuestra dualidad humana.

Con cariño,

Eliza